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lunes, 7 de junio de 2010

LA VIDA COTIDIANA

La vida en el período colonial estaba profundamente marcada por las fiestas, ritos religiosos y civiles que sucedían a lo largo del año, los que reforzaban el sistema de creencias, organizaban a la población en torno a grupos identitarios y contribuían a reforzar la ideología social de la sociedad colonial.

Las fiestas religiosas llegaban a las más de 90 por año, las cuales conformaban un nutrido calendario en la vida social. En las fiestas religiosas cada uno de los grupos que conformaban la sociedad colonial cumplía un papel en el espectáculo público, ya sea a través de las ceremonias oficiales, cuya dirección estaba reservada a la elite, o a través del sistema de cofradías, las que identificaban visiblemente a cada uno de los sectores sociales.

"Las fiestas, las diversiones, los juegos, en una palabra, lo lúdico, ayudaron a sobrellevar las extenuantes cargas, que la sociedad le había asignado por fuerza”.

Las celebraciones públicas por el acceso al trono de un nuevo monarca, el nacimiento de un heredero real o la recepción de las autoridades coloniales llegadas a Chile eran anunciadas a los súbditos a través de reales cédulas donde se les ordenaba realizar las ceremonias y demostraciones de alegría y fidelidad correspondientes, conformando un conjunto de fiestas que servían como medio para reafirmar los vínculos de fidelidad entre la comunidad y la monarquía española.

Los centros de reunión, como los bares o las pulperías, en que se juntaba la gente a pasar el rato sirvieron de ambiente ideal para el desarrollo de los juegos de suerte y envite, a estos correspondían las cartas, los dados, las rifas y otros juegos de azar que con el tiempo se transformaron en un vicio irresistible en toda América.

En las festividades públicas realizadas en las plazas, principalmente la Plaza de Armas, se destacaban diversos elementos escénicos, tales como el paseo público del estandarte real, la creación de escenografías realizadas para la ocasión, procesiones, ceremonias, torneos, banquetes, obras de teatro, corridas de toro y juegos como el palo ensebado, la cucaña napolitana, la sortija y de envite como la lotería, juego público chileno, congregando a grandes cantidades de personas que tenían interés en saber sus resultados.

Pero todas las celebraciones siempre coincidían en un mismo elemento; la música, el baile, la comida y la bebida.

La música y el baile eran utilizados principalmente en las celebraciones espirituales expresados a través de cantos gregorianos entonados por sacerdotes y soldados; en cambio la música “de ocasión” se caracterizaba por la improvisación.

Uno de los cantos predilectos en la época colonial eran los Villancicos con el objeto de ser cantados durante la Pascua, en los nacimientos y pesebres, fiestas que generalmente eran populares.

El baile corresponde a uno de los elementos más variados y adaptables según sea su objetivo. En las celebraciones religiosas el baile procesional cumplía un papel fundamental ya que representaban los saludos a la Virgen.

Otra de las danzas ceremoniales de inspiración hispánica fue la danza de la Tarasca y de la de los Gigantones; aunque existían bailes que sólo tenían como objetivo la diversión y era realizados en las chinganas y remadas.

La comida fue primordial en todas las celebraciones ya que estos daban calidez y ceremonia a todos los encuentros sociales. En cualquier diversión programada la gente se recreaba con un refresco, dulces y licores convirtiéndose así en una constante en los festejos.

En las chinganas y las ramadas el pueblo aprovechaba de comer sus guisos favoritos, carne asada al palo, las guatitas o caldillos carbonadas. Y en las tertulias jugaba un papel principal al momento en que las anfitrionas se lucían con sus invitados ofreciendo las delicias de los dulces o platos ricamente preparados.

La bebida la encontramos en todas las celebraciones y tipos de fiestas como las chinganas o pulperías. Aquí se tomaba el mate, la chicha y el vino, el cual era infaltable en los banquetes y festejos donde era muy reconocido y alagado.

Principales juegos en la colonia

En esta siglo o tiempo se realizan una gran cantidad de tradiciones en los distintos tipos de juegos de la Colonia en Chile. Varios de estos juegos se practicaban en caballos , que era lo que se acostumbraba a usar en la época. En estos juegos, se le suman otra gran cantidad que eran:

Las peleas de gallos, los cuales se realizaban en lugares especiales para eso, llamados “reñideros”.

Este tipo de juegos convocaban a una gran cantidad de publico. La unión de hispano-indígena e hispano-chileno queda en descubierto gracias a la practica de los distintos tipos de juegos que se practicaban.

Algunos de los juegos que practicaban eran de los mapuches y entre ellos están: la chueca, la taba, también otros. Los cuales se juegan o recuerdan ahora generalmente en las fiestas patrias.

La rayuela: consiste en lanzar, desde cierta distancia un tejo sobre una cancha de más o menos un metro cuadrado de diámetro, con una marca central, la idea es acertarle a la marca.




La rana: consiste en acertar una ficha o moneda en la boca de una rana hecha de metal de tamaño aproximado al real.




Carrera a la chilena: este juego es principalmente de diversión para adultos. En octubre de 1556, el Cabildo dispuso que el día de San Andrés se hiciese un rodeo en la plaza pública. Después los caballos llenaron la vida deportiva. Las carreras de a caballo con apuestas constituían las delicias de los españoles.

La chueca: es de origen mapuche. Consistía en formar dos equipos con veinte jugadores y en cada equipo todos los jugadores tenían un palo con una de las puntas arqueadas. Los dos equipos peleaban por una pelota hecha de madera, que debía estar en el campo del adversario

.

El emboque: la manera correcta de jugarlo es tomar el palito de forma vertical con una mano, de manera que el emboque quede colgando. El emboque tiene que ser lanzado al aire. La idea es que el madero logre entrar al agujero

Palo encebado: en la punta del palo se ponen distintos y variados premios, que deben ser tomados -al menos uno- por el participante. Como era tan difícil el trepar al palo, la técnica está en dejar que los primeros hicieren el intento para que con el tiempo se fuese limpiando la grasa.

El Trompo: después de haber enrollado todo el hilo, el trompo es lanzado con fuerza y técnica para hacerlo girar y girar. Mientras gira los competidores pueden hacer una serie de trucos.

El volantín: las competencias de volantines consisten básicamente en hacer caer a mi oponente o cortar el hilo que lo sostiene.

domingo, 6 de junio de 2010

Sociedad en el S.XVIII

Presencia de mestizos, mulatos(español con africano) y zambos(indígenas con africanos). Con el definitivo asentamiento de los españoles, la población aumentó rápidamente lo que marcó una clara jerarquía poblacional.

La encomienda fue reemplazada por la contratación de inquilinos y peones a sueldo.

  1. La aristocracia en Chile: Los criollos se hacían cargo de la economía en Chile a pesar de que no ocupaban altos cargos. Cuando llegaron los vascos a América se mezclaron con la aristocracia y formaron el grupo castellano-vasca que serían los que llevarían el poder político, económico y social de los S. XVIII y XIX .


Durante el S. XVIII comenzó a crearse una cierta inquietud en los criollos, ya que no estaban siendo considerados por el poder español.

2. Un nuevo espacio de sociabilidad: La sociedad colonial estuvo muy ligada a los dictámenes de la Iglesia en todos los ámbitos:

En el ámbito público, el calendario litúrgico establecía las épocas del año, las fechas religiosas: Corpus Christi, Apóstol Santiago, Semana Santa, el Señor de mayo.

En el ámbito privado, matrimonio "Manual para el buen morir"(acciones y rezos previos a la muerte).

Educación: estuvo en manos de los Jesuítas (1593), fundaron numerosos colegios, desde La Serena a Chiloé (hasta que Carlos III los expulsó en 1767).

FUNDACIÓN DE CIUDADES

Llegan los Borbones al trono español, los objetivos de su política fueron:
  • Concentrar a la población en centros urbanos y acabar con el mundo rural.
  • Misión evangelizadora, ideas ilustradas
  • Acabar con la pobreza, marginalidad, vagabundaje, delincuencia, etc.
  • Concentrar justicia y administración en un lugar determinado.

En el norte chico, las minas hicieron que se poblaran ciudades como Copiapó, Illapel, La Ligua y Petorca. En la región de predominio agrícola se fundó San José de Maipo y las minas de oro en la costa hizo que se fundara San Jerónimo de Alhué. En el Valle Central, ricas tierras agrícolas y la cantidad de campesinos surgió Quillota, San Felipe, Melipilla, Rancagua, San Fernando, Curicó, Linares, Parral, Quirihue, Coelemu.

Para poblar estas ciudades fue necesario traer población de otros lugares.

LA HACIENDA



Pilar y símbolo de una estructura social estamental

Durante siglos la hacienda fue uno de los pilares fundamentales en los que descansó la estructura social chilena. El orden jerárquico imperante en el campo, con los patrones, mayordomos, inquilinos y peones, reflejó de manera patente el ordenamiento semiestamental que caracterizó a nuestro país durante los siglos XVII, XVIII, XIX e incluso durante parte del siglo XX. De orígenes coloniales, la hacienda alcanzó su máximo esplendor a mediados del siglo XIX, cuando el descubrimiento de oro en California y Australia abrió nuevos mercados a la deprimida agricultura nacional. Sin embargo, por esos años la exportación de trigo duró poco, debido a la baja tecnología utilizada y a la competencia de otros productores en el mercado mundial. Aunque la apertura del mercado inglés a mediados de la década de 1860 abrió nuevas oportunidades a la exportación cerealera, el cierre definitivo del ciclo triguero tuvo lugar diez años después, cuando a los productores nacionales se les hizo imposible competir en los mercados mundiales. La expansión cerealera tuvo un impacto decisivo en la creación de una infraestructura productiva, como canales de regadío y caminos y en la división de los grandes latifundios en haciendas más pequeñas y manejables. Asimismo, se introdujo maquinaria en ciertas faenas como la trilla, aunque no se produjo una modernización masiva de la agricultura. Tras la Guerra del Pacífico, la incorporación de la región salitrera a la economía nacional y el rápido crecimiento de los centros urbanos de Valparaíso y Santiago generaron nuevos mercados para la agricultura. Sin embargo, los desarrollos regionales fueron bastante dispares como lo demuestran las distintas fuentes disponibles. Algunas zonas se modernizaron, en especial en los valles cercanos a la capital, pero la gran mayoría siguió utilizando la tecnología y los sistemas laborales tradicionales. En la zona sur, la conquista definitiva de la Araucanía incorporó una excelente zona cerealera con predominio de latifundios, que en muchos casos se construyeron sobre la expropiación de tierras indígenas y la absorción de las propiedades de pequeños colonos mestizos. La gran brecha en la modernización de las haciendas se produjo a causa del manejo que de sus propiedades hicieron gran parte de los hacendados. Por una parte, los dueños de las tierras obtuvieron innumerables créditos hipotecarios cuyos intereses se esfumaron al devaluarse la moneda; por otra, los terratenientes extendieron el sistema de inquilinaje, lo cual les permitió bajar los costos monetarios, pagando a sus trabajadores estables, no en dinero, sino en regalías. Asimismo, era necesario asegurar la continuidad del sistema social tradicional en las haciendas, ya que constituían la base del apoyo electoral para el propietario y señor. Las masas de peones y vagabundos que deambularon por los campos, si bien representaron mano de obra barata para los hacendados, fueron vistos como extraños que escaparon al control que ejercía la hacienda sobre la vida rural y que fácilmente podían caer en el bandidaje. La situación de la agricultura a principios del siglo XX era, desde el punto de vista tecnológico y productivo, bastante dispar. Había, sin embargo, una tendencia global a reforzar los lazos de inquilinaje frente a la progresiva migración campo-ciudad. De este modo la hacienda escapó nuevamente del proceso de modernización que vivía el país, quedando como un enclave de la sociedad tradicional que se negó a desaparecer, lo cual desató una fuerte crítica social entre quienes plantearon la necesidad de modernizar el manejo económico de las haciendas y fundamentalmente los sistemas de mano de obra. De todas maneras, hasta la década de 1960 el mundo rural fue no sólo el bastión de los partidos conservadores sino un símbolo del apego de las elites tradicionales al dominio que, por siglos, habían ejercido sobre el país.

La vida en el campo




REFORMAS CENTRALIZADORAS Y MODERNIZANTES


"El Estado soy yo". La conocida sentencia de Luis XIV de Francia resume en pocas palabras la esencia del absolutismo: un régimen político en el que una persona, el soberano, ejerce el poder con carácter absoluto, sin límites jurídicos ni de ninguna otra naturaleza. Resulta totalmente artificial oponer los tumultos de la Reforma a la soberana majestad del "siglo de Luis XIV".Bajo diversas formas, el absolutismo ha sido la forma de gobierno de muchos países en distintas épocas. Sin embargo, se ha reservado dicho término para designar, en un sentido específico, el ejercicio del poder en un momento histórico y espacial concreto: el de las monarquías absolutas europeas de los siglos XVI al XVIII. Muchos autores distinguen un primer período, correspondiente al siglo XVI, de monarquía autoritaria, que no llegaría a ser plenamente absoluta hasta mediados de la centuria siguiente. El siglo XVI, es un siglo innovador, lo es también en el campo de las ideas políticas. La Europa de comienzos del siglo XVI es un mosaico de cuerpos políticos muy diferentes. Junto a reinos diversamente organizados, pero ya sólidamente implantados en su independencia nacional, existen repúblicas urbanas y señoríos nacidos en torno a una ciudad, así como principados laicos o eclesiásticos, cuya autonomía es tan efectiva en Alemania como en la Italia desembarazada de la ficción misma del poder imperial. El siglo XVII es un siglo de crisis. Crisis económicas, políticas, guerras desórdenes de los Países Bajos, religiosas y crisis intelectuales. En vinculación con el progreso del poder real en ciertos Estados, se elabora una doctrina -la del absolutismo- que se define como una soberanía monárquica sin límites y sin control, que no reconoce a los súbditos más que el deber de obedecer. El absolutismo sale aparentemente reforzado de estas crisis. El siglo XVII se nos muestra así como el apogeo del absolutismo; pero es un absolutismo precario, híbrido y en vías de ser rebasado. Precario, ya que las causas que favorecen temporalmente el absolutismo tienen que provocar, a más o menos plazo, su disolución Híbrido, porque el absolutismo del siglo XVII hace descansar la noción de soberanía simultáneamente sobre los elementos tradicionales (los deberes del monarca, el contrato, la costumbre, las leyes fundamentales del reino) y sobre elementos nuevos ( mercantilismo y utilitarismo).Anacrónico, ya que, aunque el absolutismo reine, no sin luchas, en la mayor parte de Europa, se derrumba en el país más ampliamente abierto el capitalismo moderno: Inglaterra. Por otro lado, la política permanece ideológicamente en la dependencia de la religión cristiana. Y, sobre todo, el equilibrio de las fuerzas sociales, las condiciones materiales y el estado de las técnicas oponen tales obstáculos a la instauración de un poder realmente concentrado, que las tesis absolutistas, susceptibles por lo demás de interpretaciones ampliamente divergentes, encuentran vivísimas oposiciones. Es preciso señalar, además, que los conflictos mezclan siempre las cuestiones religiosas con las cuestiones políticas. Hemos de ver como las expresiones del absolutismo reflejan una secularización del pensamiento político cuyos orígenes aparecen ya en la Edad Media. El absolutismo se concibió principalmente como la negación del feudalismo. La monarquía absoluta continúa estando limitada por la ley divina y la ley natural, y el que se oponga a la dispersión feudal no significa despotismo y tiranía. El carácter nacional de las monarquías se afirma claramente en Francia e Inglaterra. Este proceso de centralización se cumple bajo el signo del absolutismo. El desconocimiento de la autoridad religiosa del sucesor de Pedro, el Romano Pontífice, mueve a reyes y príncipes a asumir atribuciones religiosas. Los límites derivados de la distinción entre lo que es de Dios y lo que pertenece al César comienzan a esfumarse, generando abusos y despotismo. Tales tendencias son manifiestas en la primera etapa del protestantismo. Pero también en monarquías católicas como las de Francia y España aparecen corrientes que llevan en embrión desviaciones cesaron a pistas. El Concordarte de Bolonia (1516) otorga a los reyes de Francia el derecho de "presentación" de obispos y abades. Y en España los Reyes Católicos y luego Carlos V obtienen el reconocimiento del Real Patronato.

Llegan gobernadores preparados

Durante este siglo la mayoría de los gobernadores fueron funcionarios que, al contrario del período anterior, se destacaron por su profesionalismo y su alto nivel técnico. Fueron el producto del siglo en que les tocó vivir, ya que esta centuria se destacó por el gran desarrollo científico y tecnológico.


Gabriel Cano de Aponte

Fue gobernador en los años 1717-1733, comenzó el plan de obras públicas para mejorar la producción agrícola; también se enfrentó a la rebelión general mapuche de 1723 y acordó la paz en el parlamento de Negrete de 1726. Una serie de gobernadores ilustrados desplegaron medidas para mejorar las relaciones fronterizas, con lo que aumentó una actividad comercial que se desarrollaba en el interior de la frontera, donde decenas de mercaderes españoles o mestizos intercambiaban mercaderías por ganado, mantas, ponchos y sal.
Entre estos gobernadores ilustrados, se destaca Ambrosio O’higgins, existe consenso entre los especialistas del período en considerarlo uno de los gobernadores más inteligentes y productivo del siglo XVIII. Entre sus más importantes obras públicas se destacan: construcción del camino de carretas entre Santiago y Valparaíso por las cuestas de Lo Prado y Zapata, que en la actualidad conocemos como la Ruta 68; la ruta trasandina hacia Uspallata, los Tajamares definitivos del río Mapocho, terminó la edificación de la casa de Moneda. Quizás una de sus más trascendentales tareas fue la de mantener una excelente relación con el pueblo mapuche. En ese contexto es que se ubica la abolición de la encomienda; esto es de gran importancia, pues implica que terminó con el trabajo obligatorio de los indígenas, lo que implicó que a partir de ese momento su trabajo debía ser remunerado.

El gobernador Ambrosio O’higgins

se relacionó con el pueblo mapuche tratándolo casi como un pueblo independiente. Bajo su gobierno los mapuches llegaron a tener incluso embajada en la ciudad de Santiago. En 1793 Ambrosio O’higgins convocó al último y gran parlamento del siglo XVIII (Negrete). Fundó las villas de San Ambrosio de Vallenar, San Francisco de Borja de Combarbalá e Illapel, San Javier de Maullín, Santa Rosa de los Andes, San José de Maipo, San Ambrosio de Linares, Reina Luisa de Parral y repobló Osorno. Este gran personaje ilustrado del siglo XVIII recibió los títulos de barón y marqués y fue nombrado virrey del Perú.

José Antonio manso de Velasco

- Bajo su mandato se fundaron numerosas ciudades, como San Felipe, Los Ángeles, Talca y San Fernando.
- Se decreta la fundación de la Universidad de San Felipe (1738).
-Se aplica el sistema de navíos de registro.
- Posteriormente fue ascendido al cargo de virrey del Perú.

Reformas Económica de América durante el siglo XVIII

La nueva Orientación Económica.

Durante el siglo XVIII, nuevas teorías económicas reemplazan al Mercantilismo. Nace la FISIOCRACIA. Los Borbones españoles adhirieron a este movimiento de inspiración francesa, que tenía dos principios: La riqueza de un país se basa en la explotación racional de la tierra. El Estado debía intervenir lo menos posible en lo económico, dejando libre juego a las leyes de la naturaleza. Después de una gira por Europa, efectuada por encargo de Fernando VI, el irlandés Bernardo Ward publicó su famosa obra "Proyecto Económico", en la que aconsejaba la adopción de medidas liberales en el orden industrial y comercial. Poco a poco se fue operando la evolución. Los reyes comprendieron la necesidad de fomentar la agricultura y el comercio local, suprimiendo las medidas restrictivas que dificultaban el intercambio de las mismas. Ante el peligro de que resultare comercialmente eliminada a España, Felipe V firmó, en 1720, un "Proyecto para los galeones y flotas del Perú y Nueva España y para navíos de registro y avisos, que navegaren a ambos reinos".Al no obtenerse los beneficios esperados, el sistema de flotas fue suprimido en 1740. Se adoptó entonces el sistema de los buques de registro, con destino a cualquier puerto americano. Una Real Cédula dada el 16 de Octubre de 1765 puso fin al régimen de puerto único, disponiendo que Cádiz, Sevilla, Alicante, Málaga, Cartagena, Barcelona, Santander, La Coruña y Gijón podrían comerciar con los de La Habana, Santo Domingo, Puerto Rico, Margarita y Trinidad.

LA HERENCIA ESPAÑOLA

Una de las corrientes plantea que la cultura latinoamericana encuentra sus mas altos valores en la herencia española. Esa línea vincula la realidad latinoamericana con la tradición judeocristiana, especialmente la religión católica

La segunda dice que el mestizaje es lo q generó una "nueva raza"
La tercera es el indigenismo el cual plantea que la identidad latinoamericana se basa en el pasado indígena


lunes, 24 de mayo de 2010

El propósito del blog que se presenta a continuación es más que nada dar a conocer los acontecimientos que ocurrieron en el período colonial en nuestro país, la sociedad de esa época, la economía, poderes políticos que regulaban, distintas razas, etc. Todo esto relacionado directamente con nuestros antepasados indígenas y los españoles que llegaron a gobernar nuestro país.
El blog es una forma dinámica de aprender mediante recursos gráficos como videos, variedad de fotografías, y explicaciones claras para que a los lectores les resulte más sencillo aprender y comprender el tema presentado.
Espero que la información sea de su utilidad y la puedan aprovechar de buena manera.
VIDEO SOBRE LA ÉPOCA COLONIAL EN CHILE
- http://www.youtube.com/watch?v=R2ewgwXkb68&feature=related

LA RESISTENCIA INDÍGENA


Durante la Conquista y gran parte de la Colonia, la relación entre los indígenas y los españoles se caracterizó por la violencia y el conflicto bélico, no solo en Chile, sino también en Perú y en México.
En Chile la resistencia indígena tuvo diferentes matices:
-Pacifica: donde existió una resistencia cultural hacia la cultura foránea, pero no fue una lucha directa.
-Violenta: donde se utilizaron armas el sustento ideologico donde las rebeliones planteaba un alejamiento de la nueva religión y un retorno a las creencias tradicionales.

La guerra de Arauco (1550-1656)

La Guerra de Arauco, narrada por diferentes cronistas durante el período colonial, suele evocarse en Chile como una constante guerra a muerte, de trescientos años, entre españoles y mapuche. En el norte y centro, lodos nativos fueron sometidos militarmente en poco tiempo y a fines del siglo XVI ya estaban subordinados al sistema español.

Por el contrarío, al sur del Bio-Bio los habitantes no poseían una organización centralizada, lo q produjo entre otras causas un conflicto bélico de larga duración y una etapa posterior en la que se hacen más esporádicos los enfrentamientos, predominando las relaciones fronterizas entre el mundo mapuche y los hispano-criollos, las que a la par de incidir en un fuerte proceso de transculturación de los primeros, los transformaron en una de las etnias más poderosas y celosamente independientes de Sudamérica.

La primera etapa de la guerra se inició con la conquista de los españoles hacia el sur del país. A pesar de las ventajas iniciales de los españoles, como el uso del caballo y de sus armas, los araucanos se caracterizaron por su capacidad de adaptación militar, asimilando sus tácticas bélicas , especialmente el uso del caballo y aprovecharon su superioridad numérica y el conocimiento del terreno.

La avanzada de la hueste, las ciudades fundadas y las fortalezas al sur del Bío-Bío sufrieron continuos ataques por grupos indígenas distintos. De tal modo, las primeras ciudades del sur pasaron a ser fortalezas militares mal abastecidas, constantemente sitiadas y destruidas por los indígenas. Esta situación llegó a su punto más alto tras la batalla de Curalaba (1598), donde el gobernador Martín García Oñez de Loyola fue decapitado y los españoles se vieron obligados a replegarse más arriba del Bío-Bío, abandonando las ciudades fundadas en el sur.

En consecuencia, el rey Felipe III dictó el decretó de la esclavitud de los indígenas rebeldes, realizando campeadas en la zona, donde tomaban prisioneros de guerra como esclavos.

Por su parte el ejército español dictó de ser profesional y fue descrito por el gobernador Alonso de Ribera en términos lamentables, dada su precariedad material y moral.

Este creó una línea de fuertes establecida a lo largo del Bio-Bio, lo que dio paso a una frontera, donde los indígenas al sur de ésta quedaron libres de la influencia española.

Una de las reformas más importantes fue la impulsada por el gobernador Alonso de Ribera, quien suplicó al rey Felipe III la creación de un Real Situado, para pagarles un sueldo a los soldados y así crear un ejército profesional. Finalmente, en 1603, se autorizó este Socorro de Arauco desde las arcas del Virreinato del Perú, el cual tuvo un impacto económico en el comercio realizado en la misma frontera entre indígenas y españoles.

Otra estrategia fue la Guerra Defensiva planteada por el Padre Luis de Valdivia en 1612, que consistió en detener las incursiones españolas y la esclavitud indígena para así convertir a la fe a los araucanos. Sin embargo, al cabo de 10 años fracasó, volviendo a la guerra ofensiva. Pero para este período (1623 hasta 1656) la intensidad de los combates disminuyó produciéndose una situación mucho más compleja en relaciones fronterizas donde el comercio y otro tipo de interacciones fueron más importantes que la guerra.

La vida en la frontera mapuche


A mediados del siglo XVIII algunas tribus mapuches se extendieron a la pampa Argentina. Esto permitió que algunos caciques aumentaran su comercio de ganado y pudieran comprar armas de fuego con el fín de capturar rehenes especialmente mujeres, robar ganado y productos agrícolas de las haciendas cercanas a Concepción. A esto se le llamo "malón’’
Otra forma de formar paz fue la creación de "parlamento’’, instancia de reunión entre el gobernador y los caciques de las distintas tribus mapuches. En ellos se establecían las condiciones de paz la soberanía indígena sobre su territorio, se intercambiaban prisioneros. Por lo general duraban varios años, donde se intercambiaban los regalos y el gobernador agasajaba con abundante comida y alcohol a los caciques.
El primer parlamento lo celebró el marquéz de Baides, en Quilín, junto al río de mismo nombre, en 1640. el último del siglo XVIII fue celebrado en Negrete por Ambrosio O’higgins , y aunque en 1723 y 1766 hubo dos grandes alzamientos indígenas, el estado hispano consolidó su estrategia de penetración pacífica en territorio mapuche mediante los Parlamentos.
Parlamento celebrado en Negrete

domingo, 23 de mayo de 2010

El asiento, otra forma de trabajo indígena



Consistió en un contrato simple, firmado ante la autoridad competente y en donde se dejaba claro la edad, el tipo de labor y la remuneración en especies o dinero que el indígena recibía señalando expresamente que se hacía por la libre voluntad del contratante. El español se debía comprometer a tratar bien y no despedir al indígena y éste se comprometía a no huir y realizar el servicio de buena forma.

Surge por la necesidad de la mano de obra de las empresas productivas ajenas a la encomienda.

Las labores realizadas por los aborígenes eran variadas, como el servicio doméstico, labores artesanales, las cuales podían ser albañiles, sastres, pintores, sombrereros, etc.

Regulación de la encomienda

Se crearon las tasas o leyes que estipulaban los derechos y deberes de los encomenderos y encomendados. Dentro de la legislación se incluyó el cargo de visitador, que controlaba el acatamiento de la ley, pudiendo sancionar a quienes las cumplían.

Las principales tasas promulgadas en Chile entre el siglo XVI y XVII fueron:

Tasa de Santillán (1557)

- Las mitas, que eran turnos de trabajo.

- Se mantuvo el servicio personal, pero se limitó la edad de los indios destinados a esas labores. Del total de indios mayores de 18 años y menores de 50, llamados “de pala”, sólo podían emplearse en las minas la sexta parte y en la agricultura y demás trabajos, la quinta parte.

- Se ordenó que los indígenas que trabajaban en labores mineras tendrían derecho a recibir el “sesmo” que correspondía a la sexta parte del oro extraído.

- Se decretó que en las minas los indios deteneros debían renovarse cada 3 meses y en los lavaderos cada 4.

-Cada indio sembrador debía recibir “para su comida en cada día, un cuartillo de trigo o maíz, sal y ají”.

Tasa de Gamboa (1580)

- La sustitución del servicio personal por un tributo en oro o especies.

- Se establece que los nativos deben cancelar un impuesto de 9 pesos anual en el obispado de Santiago. En la diócesis de la Imperial se determina que los indígenas tienen derecho a elegir entre el pago en dinero o en trabajo manual.

- Se crean los cargos de corregidores de indígenas.

Tasa de Esquilache (1622)

- Prohibió esclavizar al indígena y el préstamo o alquiler de mano de obra indígena.

Tasa de Lazo de la Vega (1635)

- Abolió el trabajo personal.

- La tributación en dinero podía ser cancelada ofreciendo su trabajo por un jornal con especies.

-Autorizó a los indígenas que hayan pagado su tributo a ofrecer su trabajo libremente.

Prácticamente ninguna de las últimas tres tasas fueron cumplidas por los encomenderos en su totalidad y siempre prevalecieron las disposiciones de la primera.

Gracias a la iniciativa de Ambrosio O'Higgins, en 1789, se puso término oficial al sistema de encomiendas. La corona española determinaría su abolición definitiva en 1791.

EL TRABAJO INDÍGENA

La encomienda y trabajos por turnos

Durante la Colonia, los gobernadores asignaban cierto número de indígenas a cada conquistador para que estuviesen bajo su cuidado. Estos debían trabajar según las órdenes de los españoles y pagarles tributos (en dinero o especies), debiendo recibir a cambio protección, adoctrinándolo en la fe cristiana, herramientas para el trabajo, vivienda, comida y abrigo. Este sistema se conoció con el nombre de encomiendas y cada español a cargo de un grupo de indígenas recibió el nombre de encomendero.


El funcionamiento de la encomienda en Chile casi siempre exigía el pago del tributo en trabajo directo, y no en especies o dinero.

Muchas de las poblaciones indígenas americanas estaban acostumbradas a tributar, poseían la organización y los excedentes requeridos para esto, pero en los pueblos con un nivel de desarrollo más bajo esta actividad no tuvo mucho éxito.

En Chile la institución de la encomienda, clave en la constitución social del país, se extendió a través de toda la zona central-desde el valle de Aconcagua hasta el río Maule-y en la zona sur desde Concepción a Osorno.


En un comienzo, el sistema de encomiendas utilizó la mita indígena, la cual era el servicio que ellos realizaban por turnos, principalmente en la extracción de oro y plata que reportaban interesantes dividendos para España; el impuesto que gravaba la extracción de oro se denominaba quinto real. Más tarde la decadencia de la actividad nombrada anteriormente, llevó a la ruralización del servicio personal indígena. Al mismo tiempo, una acusada mortandad de la población indígena debido principalmente a las epidemias, redujo considerablemente el número de los indios encomendados.

Lo arriesgado del trabajo y el maltrato hicieron que este servicio fuera muy duro. En general, un indígena no sobrevivía más de tres años en él.

Por ello, durante el siglo XVII fueron impulsadas una serie de medidas que intentarían regular y mejorar las condiciones de trabajo indígena. Sin embargo, a pesar de contar con el apoyo de importantes autoridades, pocas fueron implementadas y la mayoría obtuvo solo el repudio de los encomenderos.

sábado, 22 de mayo de 2010

EVANGELIZACIÓN DE LOS INDÍGENAS


El rol de la iglesia en América

La institución religiosa tuvo un papel muy importante en la colonización americana, especialmente en Chile. Los Reyes Católicos y sus sucesores estuvieron obligados a promover la evangelización y constituyeron un Patronato Real sobre la Iglesia, por el que se aseguraba la retribución del clero, la construcción de iglesias, catedrales, conventos y hospitales. El clero también percibía en muchos casos el tributo del indígena y disponía de haciendas trabajadas mediante encomendados, esclavos indígenas o asalariados.
El clero, en esta época comenzó a incrementar considerablemente.
Solo en Santiago a mediados del siglo XVII, existían 200 religiosos. Para la corona era mucho mas fácil “Dar el pase a América” a las ordenes religiosas y no a muchos sacerdotes en forma individual.

Sacerdotes como Bartolomé de las casas lucharon denodadamente por la defensa de los nativos abogando por sus derechos, dejando en claro los abusos que los españoles muchas veces cometían con ellos.La corona se preocupo, gracias a esto, de dictar normas y leyes para proteger a los indígenas. Estas leyes determinaban con toda claridad que se les debía respeto ya que eran considerados "hermanos menores" de los españoles. se prohibió también la esclavización del indígena, exceptuando aquellos casos en que fueran rebeldes al dominio hispano y no quisieran convertirse en súbditos de la monarquía o someterse a la religión católica.

La evangelización en Chile

La Evangelización en América fue la acción misionera realizada bajo la dirección de los monarcas españoles en la América hispana, por concesión papal a través de diferentes bulas.
A partir de la llegada de las primeras noticias del descubrimiento de lo que sería dado en llamar Nuevo Mundo a cargo de Cristóbal Colón, los Reyes Católicos y sus sucesores comenzaron a recibir numerosas concesiones, relacionadas con el derecho de ocupación de las nuevas tierras y el dominio sobre sus habitantes, como una donación papal. El Papa, que tenía la potestad de entregar los territorios recién descubiertos a los príncipes cristianos, en función de este principio repartió el continente americano entre España y Portugal.
En este siglo había en Chile 5 órdenes: Dominicos, Franciscanos, Agustinos, Mercedarios y Jesuitas con 191 religiosos.
Los franciscanos y los dominicos comenzaron una labor misionera cerca de los pueblos indígenas utilizando la persuasión para convencerlos, aunque también existían algunos evangelizadores que solo vinieron a hacer fortuna a América.
Los franciscanos fueron los primeros en llegar a Chile, pero además de estas órdenes aquí se encontraban los mercedarios, los agustinos y los jesuitas. Estos últimos, gracias a la influencia del padre Luís de Valdivia y de la guerra defensiva, consiguieron extenderse en la región araucana.

La evangelización entre los mapuches

La llegada de la Compañía de Jesús a Chile en 1593, significó una nueva forma de relación entre hispanos y mapuche. Convencidos de que todos los pueblos llevaron consigo la semilla del evangelio, la concepción de misión para los jesuitas consistía en la idea de la salvación de las almas por medio de la acción eficaz de los misioneros, más que en el modelo de aculturación violenta que se había impuesto en los primeros años de la Conquista.
Dentro de la primera generación de jesuitas, destacó el sacerdote Luis de Valdivia. Persuadido de que la fe debía entrar por medio de la conversión voluntaria y no por la vía de las armas, éste cuestionó duramente el servicio personal impuesto a los indígenas como el mayor obstáculo a la penetración del evangelio. Contra las incursiones esclavistas que anualmente realizaron los españoles en territorio mapuche, propuso un sistema de guerra defensiva, acabando con los ataques mutuos y enviando misioneros a la Araucanía. Aunque su propuesta fue desechada en 1626, luego de diez años de puesta en práctica, la defensa jesuita de la población indígena continuó durante todo el siglo XVII. La estrategia de la orden para la evangelización, incluía el aprendizaje de las lenguas indígenas, así como la comprensión de sus costumbres y tradiciones, factor clave para penetrar en su sociedad. Los jesuitas instalaron un sistema de “correrías” o misiones ambulantes, insistiendo en la vía sacramental para asegurar la salvación de la población mapuche. Pero a mediados del siglo XVIII se hicieron cada vez mayores las críticas a los métodos jesuitas, apuntando al hecho de que no lograron una conversión plena de la población indígena.
El sincretismo religioso y la influencia del arte

De la catástrofe de la conquista y la violencia ejercida por las elites ibéricas, surgió un orden colonial que podemos llamar, junto con fuentes, indo-afro-americanos.Plural por sus razas y sus etnias, no fue pluralista porque las diferencias sociales y raciales se superponían.
Sin embargo, y a pesar de la rigidez de las barreras raciales, algunos puentes fueron establecidos entre las castas y las razas; un proceso de sincretismo religioso y cultura se desarrollaron, contribuyendo a la formación de una cultura colonial, que no fue una simple reproducción de las culturas metropolitanas.
Españoles y portugueses fueron antes que nada unos constructores. Si el siglo XVI fue el de la destrucción de las civilizaciones precolombinas, de aculturación forzada por el impulso de la cristianización, fue, igualmente, un siglo de edificación. Los espacios coloniales se recubrieron de ciudades. Un tejido cerrado de centros religiosos ligaron a las regiones; entre ellas se establecieron reyes de reciprocidad y de retribución económica y simbólica. Pero mientras las ciudades ibéricas eran representativas de un urbanismo medieval, con sus calles cerradas y estrechas que llevaban al castillo que servia de refugio en caso de ataque, sucedió algo distinto en las colonias americanas. Según un plano cuadriculado y trazado con cordel, las calles de las poblaciones coloniales se trazaban en ángulo recto siguiendo la tradición de los campamentos romanos, facilitando de esta forma el control político. Alrededor de la plaza principal, núcleo de la ciudad generalmente desprovista de murallas (a excepción de los puertos), se encontraban la iglesia y el palacio municipal, símbolos del poder espiritual y temporal de los colonizadores. La iglesia jugaba un papel importante en la elaboración y en el mantenimiento del orden político y simbólico. Los templos, los conventos, los colegios, los hospitales, las obras de caridad dependían de ella y el poder temporal fue a menudo instrumento del poder espiritual. Pero este catolicismo político se prolongo y se remodelo dentro de dos expresiones características de la cultura y de la civilización colonial: por una parte, el catolicismo sincrético de la religión popular, y por la otra el catolicismo estético del arte barroco.

viernes, 21 de mayo de 2010

SOCIEDADES INDÍGENAS

En sentido estricto y más habitualmente, se aplica la denominación indígenas a las etnias que preservan las culturas tradicionales no europeas. Con este alcance, se denomina indígenas a los grupos humanos que presentan características tales como:

-Pertenecer a tradiciones organizativas anteriores a la aparición del estado moderno,
-Pertenecer a culturas que sobrevivieron la expansión planetaria de la civilización europea.

Hay que hacer notar que este tipo de clasificación es para separar a los pueblos que no tienen descendencia Europea. Sin embargo; los lapones ponen en entre dicho el concepto de lo indígena para el continente europeo por ser un pueblo que tiene las mismas características tribales de otros pueblos primitivos del mundo.
Los indígenas frecuentemente constituyen una minoría (aunque en algunos casos son mayoría), dentro de estados nacionales de corte europeo, organizados según pautas culturales, religiosas, políticas, económicas, raciales, etc., propias de un entorno mayoritariamente europeizado. De este modo, en el sentido más restringido y utilizado del término, «lo indígena» hace referencia a un remanente pre-europeo que representa en sí mismo una antítesis de la cultura europea.


Las consecuencias que tuvo la conquista por la Corona Española, fueron extraordinarias desde el punto de vista del choque cultural que supuso el Contacto entre dos civilizaciones tan distintas. Tras la confrontación de la cultura española
y la indígena, nos encontramos con tres formas principales en que la población dominada podría afrontar el choque.

-En primer lugar, una hipotética actitud de aceptación total, por la que tomarían los rasgos culturales que les ofrece la población dominante integrándolos totalmente en su cultura, esto ocurriría cuando españoles e indios están conviviendo en centros urbanos.

-Otra posibilidad era la armonización con su propia forma cultural de los rasgos que son funcionales para su forma de vida. En estos casos, sucede lo que los antropólogos denominan «fusión cultural», ya que el contacto entre dos culturas promueve la aparición de nuevas formas y pautas de comportamiento.

-Por último, nos podemos encontrar con un rechazo rotundo por parte de los naturales hacia todo lo que tenga que ver con la cultura española.



El mundo indígena sufrió profundas transformaciones sociales a raíz del proceso de conquista. En las sociedades aborígenes de mayor complejidad, como por ejemplo los aztecas, incas y mayas, los grupos ubicados en la cúspide de la pirámide social fueron eliminados o perdieron la autoridad política sobre sus respectivos pueblos. De esa manera, y a pesar de persistir ciertos rasgos autóctonos, la trastocada sociedad indígena y sus grupos sociales comenzaron a girar en función de la estructura impuesta por los conquistadores españoles.
En las culturas donde las jerarquías de mando eran más inestables la conquista española no logró desarticular la armazón social. De hecho, durante gran parte del período colonial diversas sociedades indígenas, como los aymara, coexistieron con los peninsulares en zonas marginales de difícil acceso.
Algunos grupos no sedentarios se mantuvieron independientes del dominio español mediante una constante resistencia. Solamente experimentaron un cierto tipo de cambio social auto-generado, tal como el de la evolución hacia confederaciones más grandes y liderazgos más sólidos para propósitos militares. Los casos más conocidos fueron los de los chichimecas del norte de México, los chiriguano de la frontera oriental del área andina y los mapuches del sur de Chile.



Durante mucho tiempo se pensó que la lucha contra los araucanos solo era un simple fenómeno bélico, en que los españoles y los chilenos habían procurado extender la dominación mientras los indios se oponían notablemente.

Las investigaciones que se realizaron han probado que solo en los primeros 100 años hasta 1655 aprox., hubo una lucha muy tenaz, pero luego predominaron las formas pacificas de relación, de las cuales surgía de vez en cuando algún estallido de violencia. El comercio. El mestizaje. La actividad misionera y el contacto cultural. Formaron el que hacer permanente que aproximó a las dos comunidades a pesas de la línea fronteriza.

Los mapuches y los otro pueblos indígenas de chile hablaban un idioma en común : mapudungún, pero se diferenciaban geográficamente de la siguiente manera:

-Los picunches (gente del norte). Se ubicaban desde el río Choapa hasta el Itata

-Los mapuches:(gente de la tierra). Llamados por los españoles araucanos.
Tenían su territorio entre el río Itata al Toltén

-Los Huilliche:(gente del sur). Desde el río Toltén al seno de Reloncaví

-Los Cunco: habitaban en la isla grande de Chiloé, en la cordillera andina de la actual región de la Araucanía

-Los pehuenches: se dedicaban a la recolección del fruto de la Araucanía, el pehuén, de ahí se nombre. También habitaban en la cordillera andina de la actual región de la Araucanía


jueves, 20 de mayo de 2010

SOCIEDAD COLONIAL




Cuando los españoles se encontraban establecidos en América, se comenzó a gestar una sociedad marcada por las características del Antiguo Régimen que se estaba dando en Europa. Así existió una estructura social poco dinámica, piramidal y basada en diferentes estamentos a los que se pertenecía dependiendo del origen de su nacimiento.
La manera que se establecieron los grupos sociales en la Colonia tiene mucho que ver con el enorme prejuicio racial que existía en esos años. La raza blanca se presentó como superior, mientras que los sometidos eran: indígenas, africanos y las castas mezcladas, éstos eran considerados como inferiores intelectual y moralmente, justificándose su sometimiento al grupo “superior”.




1.- Los grupos sociales:


LA ELITE O GRUPO DIRIGENTE: Eran el sector privilegiado de la sociedad colonial y dueños de las riquezas y poder político. En el sigo XVII, este sector terminó por consolidar su propiedad en grandes extensiones de tierra y haciendas.
La aristocracia estaba compuesta por blancos los cuales fueron: españoles y criollos (descendientes de españoles nacidos en tierras americanas) Los primeros eran un pequeño grupo que se iba renovando constantemente con la llegada de administrativos, militares, comerciantes y religiosos, como se establecieron en el país comenzaron a crecer constantemente.
Esta aristocracia criolla era dueña de las grandes haciendas del sector del Valle Central de Chile, solo podían integrar el cabildo y tuvo el mejor nivel cultural de nuestro país.
Durante el siglo XVIII, las relaciones entre criollos y españoles se fueron haciendo tensas, surgiendo un antagonismo gradual entre ambos grupos.
EL SECTOR MEDIO: Las personas que no obtuvieron beneficios de la Conquista y llegaron tarde a la repartición de las tierras, riquezas y títulos pertenecían a este grupo, el cual era bastante heterogéneo, ya que en su interior contaba con artesanos, mayordomos, escribientes, oficiales de baja graduación, mineros del Norte Chico y dueños de haciendas pequeñas. Eran generalmente criollos o españoles, pero también existían mestizos, éstos iban a constituir a lo largo de los siglos XVII y XVIII la principal fuerza de trabajo de las ciudades y las haciendas.
El sector medio no podía optar a cargos políticos ya que no tuvieron ningún tipo de representación, y su nivel cultural era muy bajo.
Mestizos de la Colonia.
LOS INDÍGENAS: A partir del siglo XVII los indígenas fueron sometidos por españoles y criollos. Los indios vivían en el campo y su acelerada disminución, junto con el rápido proceso de mestizaje que se dio con los españoles, terminó dando por resultado una población autóctona reducida, que asimiló costumbres y cultura de peninsulares. A fines del siglo XVIII la población indígena era muy escasa y casi no habían indios puros en los ríos de Copiapó y Bío-Bío. Sin embargo aún quedaban indios al final de este último, donde se encontraban los mapuches libres de la vigilancia de las autoridades.




Mujeres aristócratas



Los grupos mezclados
Los mestizos eran el grupo racial que predominaba en la sociedad colonial. Eran la principal fuerza de trabajo en las haciendas y las ciudades y también mano de obra en las minas del Norte Chico. Eran un grupo libre pero menospreciado por españoles y criollos como por indígenas. Fueron discriminados de la profesión de las armas y del sacerdocio.
Otro grupo que conforma este sector fueron los mulatos, hijos de blanco y negro, y los zambos, hijos de indígena y negro. Ellos no fueron considerados integrantes de la sociedad y sufrieron humillaciones y abusos.
Estas mezclas produjeron una homogeneización del bajo pueblo chileno, grupo que trabajaba para la elite en las labores manuales y de servidumbres. El campesinado constituyó el sector más numeroso de este bajo pueblo, y de acuerdo con sus tareas, se diferenciaba en inquilinos y peones. Los inquilinos contaban con bienes y animales, mientras que los peones vivían en pequeños ranchos al interior de las haciendas.






La sangre africana: Los africanos llegaron con los primeros conquistadores españoles durante el siglo XVI y a principios del siglo XVII, muchos fueron traídos como esclavos y otros como refuerzos militares. Constituyeron un grupo pequeño que terminó por mezclarse con mestizos e indígenas.
Fueron empleados como trabajadores en las minas, en el transporte, en las labores domésticas y para el cultivo de tierras en las grandes haciendas. Tenían una serie de prohibiciones como no andar solos de noche y cargar armas. Los africanos y mulatos fueron tratados con cierta benevolencia.
Durante la primera mitad del siglo XVIII los franceses e ingleses fueron los designados para tráfico de esclavo.

Las mujeres en la Colonia: Durante la época colonial las mujeres se dedicaron a labores domésticas, educación de sus hijos, velar por sus matrimonios y llevar una vida moral y espiritual en concordancia con lo promulgado por la Iglesia católica. En los sectores aristocráticos, las mujeres delegaron las labores de la casa a la servidumbre, principalmente funciones de matrona y criada. Hacía el siglo XVIII las mujeres aristócratas se dedicaron a organizar eventos sociales como tertulias, reuniones informales que se realizaban periódicamente para conversar sobre diversos temas. Hubo mujeres que se escapaban a los cánones como es el caso de Catalina de Erauso, “la monja alférez”, quien disfrazada de hombre se enroló en las milicias para pelear por el rey de España en territorios americanos.



Los extranjeros: Llegaron a comienzos del siglo XVIII, como consecuencia del permiso concedido por la Corona española a naves de otras naciones para comerciar con las naciones hispanoamericanas. De esta manera se asentaron portugueses, franceses e ingleses en el valle central, principalmente en las zonas aledañas a Concepción. Para poder permanecer en Chile, los extranjeros necesitaban una carta de nacionalización.